lunes, 29 de septiembre de 2008

El ocaso del pensamiento


Las sonrisas son una carga voluptuosa para el que las reparte y para el que las recibe. Un corazón tocado por la delicadeza difícilmente puede sobrevivir a una sonrisa tierna. De igual forma, hay miradas tras las que uno ya es incapaz de decidir nada.
Emil Cioran

jueves, 25 de septiembre de 2008

Secate el ojo

Secate el ojo, vuelve a decir la madre a su hija que “no es chef, es kinesióloga” y que, sin embargo, trabaja en la cocina de un hotel. ¿Secate el ojo? ¿hay una lágrima? Puede ser, la cara se esconde. El ojo gotea, mecánico, y no se sabe por qué, sólo se escucha la censura de la lágrima. Entendemos que es una gota que no debe estar, que afea el rostro de esa bella hija de su madre, o que puede trastornar el sabor de la comida de los huéspedes. O puede ser que le diga secate el ojo para ver mejor, o para que se te aclare el mundo de las posibilidades fallidas. Y aunque reprimida el agua brota; medida, pero irrepresable, remarcando la aridez de la cara vieja.
¡Secate el ojo!, porque nada es lo que debiera ser. Y la madre te ayuda a verlo

miércoles, 10 de septiembre de 2008


Es sólo para saber, entiéndame, si usted en realidad, tal y como es ahora, se ve a sí mismo... igual que ve, por ejemplo, a distancia de años, al que era tiempo atrás, con todas las ilusiones que entonces tenía, con todas las cosas, en su interior y alrededor suyo, como entonces le parecían... -y que eran así, realmente así, para usted-. Pues bien, señor, volviendo a pensar en aquellas ilusiones que ahora ya no se hace; en todas aquellas cosas que ahora ya no le "parecen" como "eran" para usted hace tiempo, ¿no le da la impresión de que se le hunde, no sólo este entarimado, sino la tierra bajo sus pies, argumentando que "esto" mismo que ahora siente usted, toda su realidad de hoy en día, tal cual es, está destinada a parecerle mañana una ilusión?

Luigi Pirandello.