jueves, 3 de enero de 2008

Círculos.



Estoy indudablemente circunscripto en un círculo tenaz que sin embargo no se me ha metido totalmente en la carne, todavía; a veces lo siento más flojo, y creo que podría romperlo.


Hace poco cuando salía del ascensor a la hora acostumbrada, se me ocurrió que mi vida, con sus días más minuciosamente repetidos, se parece a esos deberes que se da como castigo a los escolares, donde tienen que repetir, según la ofensa, diez, cien , o más veces la misma oración, oración que por culpa de la repetición pierde todo sentido; sólo que en mi caso el castigo no tiene más limitación que ésta: “ tantas veces como puedas”.


de los diarios de Franz Kafka.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmm... "Círculos" como mi cuento (el del caballo loco). En el primer párrafo creí que era tuyo el texto, después ya no. Me imaginé el ascensor de Microquim, pero no. ¡Qué cosa!. "Los círculos se rompen" dijo mi psicóloga. Pero Kafka no pudo. Creo. En realidad es lo que somos. Para muchos. Y si se rompen los círculos, qué? El vacío. Los círculos son los carriles, la vida es un engranaje. ¡Y andá a saber, si al fin se descarrila, si se puede seguir SIENDO! no?
Igual, aguante descarrilar.