lunes, 26 de octubre de 2009

Primer paso para un microemprendimiento.

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Hace unos días, al subir al subte en la estación Los Incas, me senté al lado de un tipo con facha sportiva (zapatillas aparatosas, jogging y chomba blanca) que leía unas fotocopias con un entusiasmo feroz, arrimando todo el cuerpo a la hoja. Me puse los anteojos y pispié un epígrafe:
“Es mejor pedir perdón después de hecho, que pedir permiso antes de hacerlo”
Y pensé que así, tranquilamente, con ese primer paso para un microemprendimiento, uno puede cagarle la vida a alguien sin agregarse culpas. Haciéndose el boludo, digamos.
El título decía: Curso de gestión y marketing para programas y clubes de tenis.

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2 comentarios:

mge dijo...

Ay, qué tristeza.

Pero bueno, este es uno de los momentos en los que uno se enorgullece de no haber optado por ciertas carreras.

Saludos!

Roxana Palacios dijo...

estamos rodeados de microemprendimientos. La humildad se salva. Vamos por ella, por favor.