miércoles, 16 de abril de 2008

En la General Electric.


Martita, cansada de cantar boleros por pocas chirolas en una fonda de La Boca, aceptó ese trabajo en la General Electric. Aquel primer día se levantó más temprano para dar los últimos retoques a la tintura, para maquillarse sin excesos, para coser una punta del bretel que había descubierto roto la noche anterior. Llegó a la oficina sin escándalo, un poco tímida de mostrar su voz brillosa. Le presentaron al presidente de la General Electric, un morochazo bigotudo, de traje color cobre. Le presentaron las cuentas, navegó por los balances y cartillas de clientes toda la mañana.
Se acercó, por la tarde, al despacho del presidente. Y le preguntó:
-Señor Presidente, ¿desea una tacita de café?
-No, Martita, gracias –le contestó, sonriente, el Señor Presidente- el café me hace picar el ojete.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustan estos relatos, encuentro palabras como "fonda" o "bretel" que son muy simples y me resultan extrañas.